Parece que cada vez más cuesta conseguir clientes. Las empresas se empecinan en poseerlos, se obsesionan con ellos, quieren más cantidad y que duren más. Como si los clientes fuesen el combustible que hace funcionar a los negocios o mejor podríamos pensar que los clientes son presas de empresas cazadoras. Lo cierto es que sin los clientes no existiría ningún negocio. Debe existir que alguien pague lo que otro ofrece para que el ciclo del negocio se cumpla.
El tema es que los clientes no son combustible, son personas, somos nosotros. Personas que pensamos,que sentimos y que en función de eso decidimos que hacer con nuestro dinero, si comprar tal cosa o tal otra.
Las publicidades cada día son más invasivas y nuestro cerebro ha comenzado a defenderse haciéndonos cada vez más inmunes a ellas. Se fue desarrollando en nosotros una suerte de filtro «anti spam», el cual elimina la agresión publicitaria para que podamos, de alguna manera, vivir sin sentirnos presas. La publicidad tradicional ha dejado de dar resultado. Métodos avanzados, como los que se desarrollan en el Blog de Neil Patel, están marcando la diferencia.
Las marcas, como tigres al acecho, buscan introducirse a nuestro subconsciente, camuflándose en la cotidianidad, acercándose de a poco para, cuando estemos distraídos y con la defensa baja, darnos el zarpazo de gracia.
En fin, millones de dólares se invierten en conseguir nuevos clientes y mucho se ha hablado y desarrollado sobre su cuidado, haciéndolos fanáticos de las marcas y capturándolos para siempre.
En esta nota nos preguntamos: ¿Existen los clientes para siempre?
La relación entre Marca y Cliente es muy parecida a la que existe entre Presa y Cazador. Me pregunto como haría un cazador para atrapar siempre a la misma presa y la respuesta que se me viene a la cabeza es que la presa no debería nunca sentirse cazada. Quizás este ahí el secreto de conseguir los clientes duren para siempre. Pienso que la relación debería ser lo más igualitaria posible, de modo tal de que ninguno se perciba más que el otro. El cazador debe ser presa y ésta debe sentirse cazadora también. Cuando compro debo sentir que hago un gran negocio y lo mismo debe sentir quien vende. Este es, en definitiva, el origen de las promociones: «hacer que el cliente sienta que no es cliente, que es él un cazador».
Ahora, ¿que pasa cuando ésta técnica se replica continuamente? Pasa lo que vemos a menudo, promociones por todos lados y precios de lista inflados para tolerar los descuentos. Por ende, a la larga, el cliente vuelve a sentirse presa, atacado, provocado. Es aquí donde una real estrategia de producto se plantea como la solución para lograr clientes que duren para siempre. Para ello, recomendamos tener en cuenta las siguientes pautas:
- Nunca más piense en clientes: piense en una relación de amistad, de cordialidad y de respeto. ¿Usted se preocupa por sus amigos? haga lo mismo con los clientes. Trata a sus clientes como si fuesen sus amigos.
- No pretenda ganar siempre: esta nueva relación traerá muchas interacciones, no pretenda siempre ganar. Piense que ambos deben sentirse ganadores, para ello es bueno que Usted también este preparado para ceder, y hágalo con felicidad, con respeto, haciéndose cargo de esta relación.
- Ambos son igual de importantes y necesarios: sus clientes son tan importantes para Usted como lo es Usted para ellos. Si no lo siente así, piense porqué. ¿Qué debería cambiar y mejorar para que así sea?.
- Respete el rechazo: si por alguna razón un cliente lo rechaza, respete su decisión y no piense que lo perdió para siempre. Al contrario, probar la competencia puede ser un factor positivo para Usted, si es que su producto o servicio es superior al de la competencia. De no serlo, debe ponerse a trabajar para que así sea.
- No venda, ayude: su producto o servicio es una solución a un problema y punto. No busque siempre vender, busque ayudar, resolver, responder. Que la venta sea la consecuencia de una solución y no el problema a resolver.
Lograr clientes para siempre es posible, solo si pensamos a los clientes como personas, como amigos y, al igual que la amistad, se forja una relación que puede trascender lo comercial. Usted logrará clientes para siempre cuando deje de ser una marca o una empresa que busca siempre vender. El cambio comienza en Usted, el resto será consecuencia.