Tuve el honor de conocer a Federico en Córdoba, Argentina. Compartimos un café y charlamos durante un momento en el cual las ideas volaron como pájaros en primavera. Hablar con Federico es prácticamente como dialogar con un libro. Son respuestas, propuestas, provocaciones, ideas y más ideas. Imagina no a uno, sino a dos ingenieros hablando de emociones y salud 😀
Federico ha escrito varios libros sobre #neurociencias, el último de ellos se llama «Nutrición de Mente».
Aprovechando la oportunidad y mi obsesión con los éxitos y los fracasos, es que me atreví a preguntarle a Federico qué nos pasa en el cerebro ante el éxito y el fracaso, si el historial de éxitos y fracasos nos condicionan y si esa condición es manipulable.
Federico respondió:
«Hay muchas disciplinas que hoy en día que se agrupan en lo que se llama «las ciencias de la mente»: la psicología cognitiva (que estudia como conocemos el mundo), la psicología evolutiva (que estudia como llegamos a tener el cerebro y la psiquis que tenemos), las neurociencias (hay varios tipos, entre ellas la afectiva), finalmente la economía de la conducta (que mide cómo nos comportamos desde el punto de vista de actividades y resultados estadísticos y lo relaciona con las motivaciones). Todas estas ciencias de la mente no pueden funcionar individualmente, funcionan unas con otras. La neurociencia no diría nada si no fuera porque está aplicada. Cuando se estudia neurociencia afectiva, que lugares del cerebro se encienden ante una experiencia de dolor por fracasar, no se hace en vacío, se hace teniendo en cuenta la psicología de la evolución. Entonces la pregunta sería qué puede haber en nuestro cerebro que nos lleva a querer lograr, en todo primate, en todo mamífero y en todo humano y también en la economía de la conducta, o sea, que resultados hay mensurables a la hora de emprender , como tendemos a comportarnos al obtener el éxito o el fracaso, es decir, el inicio de esta respuesta es que hay muchas disciplinas que se tienen que integrar para encontrar la respuesta, no es una sola.»
«La integración de todo esto en forma práctica es, independientemente de como vos culturalmente parametrices que es el excito y el fracaso, tu cerebro va a responder ante la sensación de haber logrado o no, es decir, vos podes medir el éxito como como generar mucho dinero, formar una familia y ser buen padre, no divorciarse, o poder medirlo como tener una vida pacifica en donde el núcleo de la vida es tener un buen lugar para vivir geográficamente y buenas relacionas con tus vecinos, etc. Hay muchas formas de medir el éxito y obviamente tienen que ver con el contexto y el paradigma social en el que estas inmerso, como te enseño tu familia, y como fuiste vos armando criterios de vida a medida que pasó el tiempo.»
«Nuestro cerebro tiene una herramienta en todo ser humano congénita, o sea traída de fábrica, innata, que funciona como una aplicación de un smartphone. Esta aplicación es de carácter emocional / motivacional y esta presente en todos los seres humanos por igual. Antes de que las neurociencias entraran en escena, los que estudiaban las conductas o la psicología, se referían a esta aplicación como motivación de logro. Varios teóricos de la motivación como David McClelland, fueron los baluartes en denominar a esto como motivación de logro, también incentivo de impacto o búsqueda de auto eficacia. ¿Porqué incentivo de impacto? Porque concretamente se enciende, no desde que nacemos, sino a partir de los 8 o 10 meses de edad, cuando tu mamá esta haciendo el avioncito para que comas la papilla, en ese momento vos en esa edad queres dejar de ser alimentado y preferís sacarle la cuchara a tu madre para poder dominar vos con auto eficacia personal y autonomía. Tu relación con el entorno y los demás seres humanos y obviamente valerte por tu propia cuenta a efectos de conseguirte los recursos, subsistir mejor y tener esa autonomía necesaria. De ahí que el incentivo de impacto dado que los niños generan un impacto en el ambiente, cuando chillan lo más fuerte posible para llamar la atención de sus padres, provocan a los adultos para conocer los límites, intentan agarrar todo lo que encuentran, desarman cosas, las vuelven a armar, y ese es el punto en donde se inicia biológicamente la actividad de ésta función, de esta aplicación de software. Llamemosla nosotros «búsqueda de autosuficiencia» porque desde ese momento se enciende esta voluntad de ser autosuficientes y no termina más, hasta ultimo momento de nuestras vidas permanece encendida, y si no sos autosuficiente sufris. Por ejemplo una persona que ve que se esta deteriorando gradualmente por culpa de una enfermedad patológica como el Alzheimer o el Parkison, experimenta mucho dolor y frustración porque va perdiendo autonomía aunque sea en el último periodo de su vida. El origen de una experiencia positiva de sentir realización, logro, capacidad, conseguir, alcanzar metas, es éste fundamento neuronal.»
«Independientemente de lo que interpretes como éxito el fundamento es satisfacer esta aplicación, esta función cerebral de búsqueda de autosuficiencia. De hecho hay algunos éxitos fundamentales de todo ser humano que son acopiar. Por eso vivimos en una sociedad de consumo. Es el resultado de una manifestación de la autosuficiencia. Claramente hormonas del placer, de la felicidad como la serotonina, las endorfinas, se segregan cuando esta función se satisface. Por eso el éxito genera felicidad. Esa sensación de realización y trascendencia que estaría en la parte más culmine de la pirámide de Maslow si conjugamos también la psicología humanista. El fracaso se siente como un dolor porque se encienden distintas áreas del cerebro ante la insatisfacción de la búsqueda de autosuficiencia, ante no poder, perder, competir y no lograr, no alcanzar, ante la frustración de lo lograr una meta. Se enciende la corteza singular anterior por experiencias de rechazo social. Claramente hay un torrente de hormonas que generan estrés como por ejemplo noradrenalina, adrenalina y otras más que dan sensación de dolor emocional.»
«¿Es dominable? Sí, lo es. Siempre y cuando conozcas cómo eres por dentro. Ese conocimiento equivale a conocerte a vos en tu trayectoria de vida pero también equivale a conocer que todos tenemos esta aplicación de software, esta función cerebral. Tenés la mitad de la carrera ganada cuando vas decodificando que cualquier frustración o fracaso equivale al encendido de este juego en el cerebro. Reinterpretar tu realidad te permite pasar a un plano consiente y cognitivo y no instintivo y automático la interpretación de tu vivencia y consecuentemente tomar a ese fracaso como aprendizaje, no como un deterioro en mi autonomía, sino como un aporte para encontrar otra versión de hacer las cosas, para modelizar diferente mi conducta y tomar los objetivos por otro camino o un nuevo objetivo. Claramente los hábitos y experiencia de vida van improntando una visión de si somos la persona que suele conseguir o fracasar, por es hay personas que tienen el autoestima baja porque se autoconsideran que no logran sus objetivos. Para ampliar esta respuesta es ideal el libro «Mapas Emocionales».»
Audios de la entrevista:
¿Te gustaría saber más sobre el cerebro y las emociones? No dejes de ver este video de Federico en el TEDxUBA